(El Caribe / Roira Sánchez)
SESENTA Y DOS AÑOS DE HISTORIA
de una institución que ha sido parte del sostén económico de un país.
Un aniversario que conjuga el talento de dos naciones en materia musical con un concierto memorable que marcó el corazón de todos los presentes en la sala principal del Teatro Nacional.
La sala Carlos Piantini vivió la música. Una vez más, el tradicional concierto del Banco Central echó el telón después de un año muy intenso de trabajo.
La noche auguraba ser exitosa, y es que la calidad de la soprano puertorriqueña Ana María Martínez (ganadora de un Grammy) y de una orquesta sinfónica que a través de los años ha enaltecido la música dominicana –ahora bajo la batuta de José Antonio Molina – presagiaba el éxito desde el inicio.
Tras una introducción orquestal, apareció Martínez, dueña de una voz excepcional que hipnotiza corazones. Surge de su música un auténtico entusiasmo. Al pronunciar la primera nota musical ya tenía al público a sus pies. Su genuina ternura evoca la gracia de una gran artista y el tono de su voz impresiona.
El talento y esplendor de cada miembro de la sinfónica se sintió tras cada partitura. Ana María Martínez se enfrentó a una sobrecogedora última canción, “Cuando te beso”, del cantautor dominicano Juan Luis Guerra, quien junto al maestro Molina estuvo magistralmente soberbia.
Matiz de esplendor en cartelera
No sólo Ana María Martínez brilló con su gran voz, también lo hizo Eduardo Calle, destacado saxofonista soprano, Francisco Amat, solista Tres, con una gran interpretación y un músico que continúa dejando estelas de sorpresa; Crecencio García Marta “El Prodigio”, quien con una corta actuación lució impresionante y digno de ovaciones.
Comentarios